Programa: Vacaciones en Paz
El Proyecto de Vacaciones en Paz es un símbolo de solidaridad con los niños y niñas saharauis. Este es un proyecto solidario que pretende darles a la posibilidad de vivir otra realidad que ellos sólo conocen en sus libros escolares y brindarles así la oportunidad de convivir con los niños y niñas de Euskadi . Y de esta manera, poder llegar a tener otra imagen del mundo muy distinta de la que les aporta su realidad cotidiana en los campamentos de refugiados.
Han nacido y crecido en los campamentos de refugiados y junto a sus familias están soportando un largo exilio. Están padeciendo todo tipo de carencias, incluidas las más vitales como las alimenticias, las sanitarias y educativas, soportando temperaturas que alcanzan más de 50º en verano.
De ahí que, mañana sábado , como cada verano, sobre las 07h de la mañana, un pedacito del Sahara llega a Bizkaia . Más concretamente a LOIU. Y es que desde el Ayuntamiento hemos puesto toda la logística necesaria en el Frontón de Larrondo , junto a la Cruz Roja , Protección Civil y la Delegación Saharaui en Euskadi para recibir a los niños que vienen a pasar las vacaciones en Euskadi. Y es que gracias al programa Vacaciones en Paz niños de entre 6 y 12 años disfrutaron de un verano diferente alejados de los campamentos saharauis.
Para ello en primer lugar será acogerles en dichas instalaciones municipales , donde el Ayuntamiento ha organizado y preparado un desayuno variado para cada uno de ellos. Allí les recibiremos el Equipo de Gobierno Municipal de LOIU para prestarles toda nuestra ayuda en su primera toma de contacto a la llegada a Euskadi y donde después serán puestos en grupos correspondientes en función de la zona en la cual van a ser acogidos en cada una de los territorios históricos.
Niños y niñas que llegan con mucha ilusión y entusiasmo a la entrada del Frontón de Larrondo en LOIU. Y es que sus caras y miradas lo dicen todo. También hay quien en ese momento echa en falta a sus familias del Sahara, pero posteriormente las familias vascas de acogida hacen que su adaptación sea rápida y llena de satisfacción.
Y es que a veces no valoramos lo suficiente lo afortunados que somos de poder vivir en esta sociedad con los adelantos de toda índole que nos proporciona el estado del bienestar. Ellos, ante las cosas más insignificantes, como ver agua potable salir de un grifo, lo agradecen enormemente y se sorprenden.
Es una experiencia positiva y enriquecedora tanto para los niños y niñas que visitan Euskadi como para las propias familias de acogida. De ahí que, muchas de las familias que les acogen repiten al año siguiente. Y es que el apoyo a estos niños, podríamos decir que se queda corto, a pesar de los 323 que fueron acogidos el año pasado, ya que el 40 por ciento de su población son jóvenes. Teniendo en cuenta que en los campos de refugiados hay casi 200.000 personas, podríamos llegar a la conclusión de que sería necesaria una mayor implicación de todos.
El Programa de Vacaciones en Paz es un proyecto que vale no sólo para que los jóvenes pasen en un verano en un clima diferente y fresco, sino que permite a su vez tratar problemas de salud.No olvidemos que el verano es muy duro allí con temperaturas que pueden llegar a alcanzar más de 50 grados.
Otro de los objetivos prioritarios es el aspecto de ocio y lúdico en sus vacaciones , pero ello no es óbice para que puedan ser sometidos a controles médicos para poder diagnosticar problemas de salud. A primera vista, parecen no tener grandes problemas, aunque muchos vienen con síntomas de anemia originados por su mala alimentación, falta de vitaminas o algún otro problema sanitario derivado de la falta de higiene en los campamentos. La estancia les ayudará a mejorar su alimentación y salud en general.
Algunos años han tenido problemas con los visados. Por ejemplo en el 2010 ya existieron problemas al verse afectados por la nueva normativa de la UE sobre circulación por el espacio Schengen y el Grupo Vasco en el Congreso de los Diputados interpeló al Gobierno estatal para eliminar los posibles obstáculos y que pudieran pasar el verano entre nosotros. Al final, llegaron con un visado colectivo.
Animo a seguir el ejemplo de muchas familias de Euskadi y también de LOIU, en poder acoger a estos jóvenes. Simplemente con ver su mirada y sonrisa a su llegada a Loiu es suficiente. Y si a eso le sumamos la despedida de sus familiares de acogida, la tristeza que se denota en estas personas ante su marcha, pues la verdad podríamos decir que es un gesto de agradecer. Muchas de las familias vuelven a repetir. Una muestra de solidaridad que se mantiene desde Euskadi y desde LOIU.